sábado, 14 de febrero de 2009

Belleza Interior


Nos gusta pensar a veces que hay gente que nos valora no por lo que se puede atisbar en el exterior, sino por nuestra belleza interior.
Pues bien, nuestra belleza interior, no es en esencia más que esto que se ve en la foto. Una nebulosa, o conjunto de nebulosas, que se superponen formando sucesivas capas de entidad difusa.
No enamora, no, que digamos.
Y ello me mueve a preguntarme ¿Me gusto a mi mismo?
Se suele dar por sentado que todo el mundo está contento con su hermosura interior, pues a diferencia de la exterior, con un poco de paciencia y esfuerzo se pueden hacer maravillas, y no pierde atractivo con los años, sino al contrario. Pero no deja de ser un apriorismo... oh! ¡Menuda palabreja me he marcado! ¡Me he sentido una beldad alada de las oquedades del alma!
Pero volvamos al razonamiento de partida: Los sesos per se son poco estéticos, luego nuestra existencia es, o no debería ser más que, poco estética.
Resumiendo, todo eso de la belleza interior, no me llena. Espiritualmente hablando.

1 comentario:

Breuil dijo...

Pero una belleza vacía... ¿A quién gusta? Yo me pido la belleza intelectual.