miércoles, 3 de junio de 2009

Es un pájaro... Es un avión...?


A mi me lo pueden pintar de todas las maneras que mejor les parezca, pero viajar en avión no me seduce lo más mínimo, y desde anteayer, aún menos.
No me gustaría diñarla, eso lo primero de todo, claro, pero si aparte de estamparme contra la mitad del oceano, y que mis cachos flotaran repartidos por la superficie, y confundiéndose con las medusas, encima, todos los periódicos contaran la truculenta historia de mi pareja que sí se salvó porque, como siempre, llegó tarde y perdió el vuelo... Eso ya sería el acabose.
Al menos, si bien, me quedaría el consuelo de que sería el último plantón de la muy guarra, y que en tan solo unas pocas horas ya tendría arreglada cita con otra mucho más delgada y de permanente sonrisa profident, en plenas aguas del trópico.
La gran pregunta sin embargo sigue siendo... ¿Qué estaba haciendo Supermán en el momento del accidente?
Seguramente - lo más probable - es que los servicios de mantenimiento de las compañías aéreas, hayan despedido, o prejubilado, a sus supermanes de carne y hueso. Todas buscando hacer recortes, recortes y más recortes.
Esto... A propósito. Mis aviones favoritos siguen siendo los de papel.

1 comentario:

Belinha Fernandes dijo...

Há meia dúzia de anos atrás voava com frequência e entrava nos aviões sem problema.Só uma vez, no regresso da Alemanha, tive aproximação à pista muito estranha que me causou algum medo e a todos que seguiam. Depois do 11 de Setembro voei algumas vezes mas já não gostava tanto.Depois disso com as notícias que têm circulado sobre poupança de combustível pelas companhias,bom, até gosto de não ter de viajar de avião.Só que é confortável e rápido, e em alguns casos não existe alternativa.Os carros também se estampam e os comboios também descarrilam e até os barcos se afundam. É o que tem de ser.